«Toda reflexión nace sin argumento, fuera del hombre. Incluso esta columna»
Ha llegado Vicente Pastor a la galería Cornión con una veintena de piezas de diferentes formatos que estará colgada de las paredes hasta finales de mayo bajo el título Criterios variables. Pastor practica una pintura abstracta que ha evolucionado de los azules klein reventones y violentos a toda una experimentación con el lienzo expuesto a la intemperie donde la ruina, el residuo y el efecto de la naturaleza otorgan ritmo y narratividad a toda una serie de pigmentos naturales, tierras, arenas y arcillas.
Ya hemos dicho aquí que uno tiende a la abstracción para desnudarse de la actualidad, que cada día es más pringosa, más sucia, más suicida. Algo de esta roña esta incrustada en los oleos de Pastor, como si el producto de su obra fueran los restos de un derrumbe, la espuma muerta de una ola, la arena remota de un océano o el rescoldo de un planeta roto que se niega a desaparecer de la galaxia. Hay una poética en la pintura de Pastor muy similar a la de Guerín en el cine español o la de Bresson. Esa obscena narratividad que se oculta tras la abstracción, donde el relato fluye fuera del cuadro.
Toda la pintura de madurez tiende a la abstracción, es una búsqueda de la materia, del origen, la primera huella del hombre estampada en la roca y así en este plan. Lo vemos en Goya, que comenzó pintando majas desnudas y dioses paganos y terminó pintando una noche oscura, terriblemente íntima y negra donde la figura ocupa un rincón en el espacio, una esquina del cuadro, porque ya no le interesa tanto lo que dice una figura como lo que que grita el color. Decía Francis Bacon que en la pupila de un autorretrato de Rembrandt estaba todo el expresionismo abstracto de Pollock para anular todo lo que digo. Y es así como observamos el abstracto, como una tormenta de color, como una fuerza o una ideología antes que como una contemplación.
Algo de esto, ya digo, se encuenta uno en Vicente Pastor. Por eso, toda su abstracción tiene acción y atrapa sonidos, frecuencias moduladas que sólo se pueden escuchar con los ojos que sugieren, a través del azar, historias, narraciones incompletas que solo concluyen con la mirada del espectador. Toda reflexión nace sin argumento, fuera del hombre. Incluso esta columna.