«El llagar es, sin duda, una ‘oficina de turismo’ para nuestra cultura»
«Si no hay manzanas, tendremos que plantarlas, y la administración debe apoyar este regreso a nuestras raíces»
Elegido este año como presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Sidra de Asturias, Víctor Ramos tiene en 2024 muchos retos por delante: la difusión de la cultura sidra como polo de atracción de turismo y la potencialidad de los llagares; el posicionamiento de las sidras espumosas en las mesas de los restaurantes o la candidatura de la sidra a Patrimonio Inmaterial Mundial de la UNESCO, entre otros.
Llegan las fiestas navideñas y es tiempo de brindar. ¿Qué posicionamiento tiene actualmente la sidra espumosa en la región?
Dentro de la denominación, contamos con 6 llagares que elaboran esta sidra, algunos produciendo más de una marca, utilizando métodos de segunda fermentación en botella y en depósito. La sidra espumosa es un producto en constante evolución. Hasta hace poco, había pocos elaboradores, pero hay un gran margen de crecimiento. Aunque el precio es más elevado, hay nichos de mercado. Debemos mejorar el producto y apostar por la singularidad.
¿Cómo se está implementando dentro del sector hostelero?
La sidra espumosa se vende casi en su totalidad en el sector de la alimentación. En cuanto a la hostelería, hay mucho que hacer. En noviembre, organizamos un salón de sidras espumosas que tuvo gran éxito. Lamentablemente, es un producto desconocido en la alta gastronomía. Nos gustaría que los propios hosteleros pudieran ofrecer a sus clientes cartas de sidras espumosas y que se involucren con ello. Muchas personas no llegan ni a probar estas sidras porque no las conocen. Asimismo, nos encantaría también que las espumosas tuviesen más presencia en actos institucionales, que se apostase por la bebida regional en este tipo de citas, en vez del vino, como ocurre habitualmente. Y por supuesto, durante estos días, me gustaría ver más sidra espumosa en los eventos navideños.
¿Qué balance hace de este año en ventas de sidra natural?
2023 ha tenido una cosecha abundante, con 6 millones de kilos de manzanas, aunque un 15% menos que hace dos años. Hemos experimentado un crecimiento del 2% en las ventas, pero notamos que la sidra DOP está mejor posicionada en el mercado. Hemos pasado de 1.700.000 etiquetas en 2015, a más de cuatro millones este año. Pero creo que aún es poco; me gustaría ver más ventas de sidra con denominación, lo que sería un respaldo a la sidra de Asturias.
¿Qué supone para la difusión de la DOP hitos anuales como la Fiesta de la Sidra Natural de Gijón o el récord de escanciado?
Gijón aglutina el mayor número de llagares y es donde más sidra se produce en Asturias. Una ciudad donde se consume mucha sidra. Estos eventos contribuyen a potenciar el producto y a darle visibilidad. Por su parte, el escanciado es esa práctica tan única y tan asturiana que va unida a nuestra forma de ser, es algo que cuida y mantiene esa cultura sidrera.
¿Cuál es la situación actual de la figura del escanciador?
Es una figura fundamental, un hecho diferencial que nos distingue de otras sidras naturales. Es un servicio que resalta y hace destacar la sidra. Bien es cierto que en la situación actual hay problemas: falta personal y hay ciertos sitios donde se está dejando de escanciar. Pero es fundamental cuidar y mantener esta práctica. El Consejo Regulador apoya los concursos de escanciadores organizados por la Asociación de Escanciadores de Sidra de Asturias (AESA) y es una figura que siempre hemos cuidado y cuidaremos.
Turismo, escanciado y sidra DOP. ¿Es consciente el visitante de lo que supone consumir sidra con denominación de origen?
En primer lugar, el escanciado es para el turista todo un signo de identidad de Asturias y de la sidra que se hace aquí. Tendríamos que ser capaces de vincular ese turismo con la sidra DOP, un producto de calidad. Cuando llegan los visitantes, tenemos que ofrecerles los mejores productos en todos los órdenes que tenemos en la región. No podemos escatimar con los precios. Hay muy buenos llagares que trabajan dentro de la denominación, y las sidras tienen una calidad muy alta. Es precisa una apuesta clara por la sidra DOP de todos los agentes involucrados para remar en la misma dirección. A veces, a los asturianos nos falta un poco de identificación con el producto: ser conscientes de que estamos vendiendo sidra con manzanas hechas aquí, en nuestra tierra, a pocos kilómetros. No obstante, se están dando cada vez más pasos que son visibles.
¿En qué punto estamos en la difusión de la sidra DOP más allá de las fronteras del Principado?
La sidra natural fuera de Asturias se vende muy poco. Según algunos datos que manejamos, en la región se consume casi el 92% de la sidra total que se produce, y de esa cantidad, solo sobre el 20% es sidra DOP. Podemos ir pensando en otras regiones, pero si este producto todavía no conquistó Asturias, nos queda mucho trabajo por hacer aquí.
Junto al Cluster Turismo Rural Asturias y a la Sociedad Pública de Gestión y Promoción Turística y Cultural del Principado de Asturias, son socios fundadores de la Asociación Club de Producto Sidraturismo Asturias. ¿Cómo está funcionado a la hora de difundir la cultura sidrera?
Sidraturismo es un proyecto en fase de iniciación, aunque se están dando pasos. Está muy vinculado a la actividad de los llagares. Creo que tienen que ir abriéndose e ir contando a la gente lo que se hace allí, cómo se hace y qué características tienen. Sidraturismo agrupa llagares y alojamientos turísticos, como una experiencia integral. Tiene un buen futuro y necesita medios y presupuesto para seguir creciendo. Se está trabajando bien y en el corto plazo tendremos nuevas rutas y actividades, como visitas a pomaradas o experiencias de mayado de manzanas.
¿Es el llagar la nueva ‘oficina de turismo’ para los visitantes que llegan a Asturias?
El llagar es, sin duda, una ‘oficina de turismo’ para nuestra cultura. Tenemos la oportunidad de vincular al turista con el territorio: explicarles cómo se trata la sidra, el escanciado, las variedades de manzana… Y encima después pueden llevarse el producto. No hay publicidad más rentable que esa. Hay que acompañar a los llagares que están haciendo ese esfuerzo. Muchos de ellos son pequeños y es normal que les cueste, pero es una vía muy positiva, que atrae a muchos visitantes con ganas de conocer cosas distintas. Ofrecemos algo único y especial que no pueden ver en otros lugares. Estas nuevas actividades en los llagares no se pueden hacer de la noche a la mañana. Ahora disfrutamos de un turismo desbordante y es preciso planificar ofertas especiales y trabajar también en la desestacionalización.
Si hablamos de turismo y sidra, tenemos un referente en Nava: el Museo de la Sidra de Asturias.
Es un ejemplo de cómo mostrar al visitante la historia de la sidra y su momento actual de forma interactiva. Desde el Consejo Regulador tenemos muy buena relación con Juan Stové, su director. Queremos crear nuevas sinergias que sean importantes para ambos. Tenemos los conceptos claros y coincidimos en la línea a seguir.
Este año se ha celebrado el primer International Cider Summit en La Laboral. ¿Cuál es su valoración de lo que ha significado este evento?
Me encantaría que hubiese más eventos de este tipo, son muy positivos. Los asistentes pudieron disfrutar con las sidras de nuestra región pero también con sidras de otros países. Nos aporta visibilidad al producto. En el Summit pudimos destacar la calidad de la sidra DOP y su singularidad.
A finales de 2024 sabremos si se produce el nombramiento de la sidra como Patrimonio Inmaterial Mundial de la Humanidad. ¿Qué efectos tendría para Asturias?
En el caso de que se produzca, va a contribuir sobre todo al turismo y al comercio de la región, y atraerá a muchísima gente. Pero tengo claro que hay que seguir trabajando por la cultura sidrera independientemente de lo que pase. Debe haber cohesión entre todas las partes involucradas, y apostar por el territorio. Una cultura sidrera sin la manzana asturiana y la denominación de origen sería un bluf. Hay que cuidar todos los detalles.
¿Por qué es importante defender la DOP?
Heredamos un producto que desde siempre se ha hecho con manzanas asturianas, hasta que algunos en la región empezaron a importarlas.
Tenemos la obligación moral de defender el producto que se hace aquí. Si no hay manzanas, tendremos que plantarlas, y la administración debe apoyar este regreso a nuestras raíces. Nos dejamos llevar por la inmediatez y los intereses empresariales particulares, lo cual no nos lleva a ningún sitio. La sidra pertenece a todos los asturianos, y debemos defenderla como tal. Es fundamental para el producto, ya que detrás de la sidra hay una realidad: el campo. Combatir la despoblación del campo rural, promover la biodiversidad y mejorar el medio rural son nuestros objetivos. El sector debe unirse y recordar que, al remar todos en la misma dirección, mejoraremos la situación.
En recientes vídeos promocionales de la DOP pudimos ver parodias de artistas actuales, como Quevedo o Shakira, dirigidas a un público joven. ¿Cómo ve el relevo generacional en el consumo de sidra?
La gente joven toma sidra, se ve en romerías y fiestas. Es verdad que hay modas, y que estamos presenciando un boom de la cerveza en nuestro país. Creemos que la clave está en apostar por un producto de calidad para atraer a los jóvenes. Por otro lado, se están perdiendo aquellas plantaciones familiares, en las que los hijos se criaban debajo de un manzano y se transmitía la cultura sidrera. Ahí está otra clave: debemos vincular la sidra a la tierra, al origen de las personas. Si no tenemos manzanos, habrá que plantar más.