Las palmeras de tamaño récord, trayectorias ‘imposibles’ en el aire y una traca de impacto con luces estroboscópicas: la Pirotecnia Zaragozana ratifica su éxito en Gijón
Desde Poniente, San Lorenzo, Cimavilla o Somió. Desde el mar… y también desde el aire. Da igual desde dónde disfrutásemos de los Fuegos Artificiales anoche en Gijón: todos coincidimos en que hemos asistido a una noche de Begoña en la que la pirotecnia estuvo a la altura de las circunstancias de una ciudad que celebró al unísono sus fiestas. Una combinación de distintas circunstancias prometía un gran espectáculo: una carga de pólvora que se superaba en cantidad con más de 1.200 kilos de material, unido a la reducción de puesta en escena a los 22 minutos y los esfuerzos de Pirotecnia Zaragozana por «superar expectativas” hicieron que las ovaciones del público a las distintas figuras y lanzamientos fuesen constantes en los distintos arenales de la ciudad.
Un cielo estrellado y una ligera brisa ayudaron a despejar la zona de lanzamiento de nubes para que las explosiones de colores fuesen vistas desde cualquier punto de Gijón, incluso para el grupo de Policía Nacional que miró de ‘tú a tú’ a las chispas desde el aire con su helicóptero, donde tomó las espectaculares imágenes que acompañan a estas líneas. Se puede decir que el show pirotécnico contaba con trama propia: una arsenal de palmeras de distintos tamaños, colores e intensidad declaraba las intenciones de lo que vendría después. Formas menos clásicas como los corazones, tréboles, espirales, y smilies despertaron exclamaciones de sorpresa y satisfacción entre los miles de asistentes aposentados en la arena de San Lorenzo y Poniente.
A estas les sucedería la sucesión de palmeras de tamaño ‘récord’ que desde el equipo zaragozano habían adelantado que se incluirían, además de las novedosas palmeras con trayectoria propia en el aire que también llamaron la atención de los gijoneses. Por último la traca «poderosa» en color, formas y sonido y sus destellos estroboscópicos de luz hicieron que un Gijón encantado con su noche de fuegos rompiese en aplausos incluso antes de terminar. Tras ello, la orquesta Assia continuó con la fiesta desde la playa de Poniente poniendo cierre a la noche más mágica para la ciudad.