La icónica cita deportiva navideña, que comenzará a las 12.30 para ajustarse a la marea, volverá a disputarse el 25 de diciembre entre la rampa de la Barquera y la de la Antigua Rula; además, incluirá una recaudación de fondos para los damnificados por la DANA
Hace falta tener una fuerza de voluntad tremenda, profesar un amor incondicional por la natación o, en casos extremos, sentir una pasión desmedida por los eventos navideños, para zambullirse a las aguas del Puerto Deportivo de Gijón en pleno mes de diciembre. Sin embargo, como cada año, 250 valientes, hombres y mujeres, ya han aceptado ese desafío… Y se preparan para él. Son las mismas personas que, en menos de dos días, el próximo 25 de diciembre, participarán en la icónica Travesía de Navidad de la ciudad, recorriendo los más de 220 metros, ida y vuelta, que separan la rampa de la Barquera de la de la Antigua Rula. Una cita, en fin, imprescindible dentro del vasto calendario navideño gijonés, que servirá de colofón al XI Circuito de Travesías a Nado local, y que, además, tendrá, por primera vez en su historia un componente solidario. Así, se ha habilitado un ‘dorsal solidario’ para recaudar fondos que, a través de Cáritas, serán destinados a los damnificados por la DANA que arrasó el levante español.
De todos modos, ese matiz no será lo único novedoso este año. La competición, organizada por el Patronato Deportivo Municipal (PDM) y para la cual las inscripciones ya están cerradas, comenzará a las 12.30 del miércoles, una hora antes de lo habitual, decisión tomada para adaptarse a la marea imperante ese día. Dentro de las previsiones, se estima que ese día, previsiblemente nuboso, el agua estará a una temperatura de entre doce y quince grados, mientras que en el exterior las mínimas y máximas oscilarán entre los ocho y los dieciséis grados, conformando en bloque todo un desafío para los nadadores… Que, por otra parte, han superado en cantidad a los inscritos en la edición de 2023. En aquella ocasión hubo 169 participantes, de los que Joaquín Conde Álvarez se alzó como vencedor por segundo año consecutivo, cumpliendo un tiempo de 2,49 minutos. Su marca, aún hoy recordada, es la que este año se proponen superar los apuntados, que ya calientan y se entrenan para demostrar a sus compañeros, y a Gijón en pleno, de qué son capaces.