El verano más raro de los que se recuerdan ha dejado paso a la seronda, ese otoño tan asturiano, tan de ocre y orbayu. Y, aunque hay a quien le cuesta abandonar la playa, también son muchos quienes disfrutan de ese café caliente que templa el cuerpo a media tarde.
Gijón ha sido, tradicionalmente, una ciudad de cafés, con espacios históricos como el Gran Café Colón o el Café San Miguel (ambos ya desaparecidos). Hoy en día son aún muchos los locales que conservan su buen hacer cafetero y sirven de refugio y lugar de encuentro en las largas tardes de frío. Entre los mejor valorados de la ciudad para cafetear y tomar algo dulce queremos destacar:
Punto Caramelo (c/Caridad 9). Uno de esos lugares donde entrar a tomarte ‘solo‘ un café es misión casi imposible. Repostería artesanal en donde destacan sus alfajores aunque también podemos decantarnos por una de sus tartas o, si eres más de salado, sus famosas empanadillas.
Blú Café (c/Pedro Duro 9). Situado cerca del puerto deportivo y decorado al más puro estilo malasañero, este moderno y acogedor local hará las delicias de quienes buscar un lugar tranquilo para charlar, leer o incluso trabajar en una de sus mesas. No te puedes quedar sin probar sus especialidades -hechas siempre con frutas de temporada-. Recomendamos sus tartas (de zanahoria o arándanos) y su brownie de queso.
Primero café (c/Celestino Junquera 17). Como reza su nombre, en este pequeño establecimiento llevan 4 años trabajando por tener uno de los mejores cafés de la ciudad, y debemos decir que lo han conseguido. Café especialidad de alta calidad y un bizcocho casero, ¿qué más pedir? Pues, además, puedes comprar allí hasta diez clases de café.
Confitería Dama (c/Uría 39). Más de 40 años de historia avalan esta confitería ‘de siempre’ donde la elaboración artesanal es su estandarte. En navidad su especialidad son las ‘damitas‘, un mazapán relleno de compota de manzana, pero puedes hacer boca hasta entonces son sus bombas caseras (tamaño normal o mini). Y es que dicen de ellas que tienen la capacidad de devolverte a la infancia.
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