El Real Grupo de Cultura Covadonga ha emitido un comunicado anunciando tomar «acciones legales con el fin de evitar el cierre del Anillo Navegable del río Piles sin una alternativa viable». Un aviso que no pilla de sorpresa a nadie, ya que desde que el Ayuntamiento de Gijón anunciase la contratación del estudio y proyecto de ejecución de las obras para la renaturalización del río, la oposición del Grupo ha sido clara.
“No vamos a quedarnos de brazos cruzados, vamos a ir a por todas. Tomaremos todas las medidas institucionales, jurídicas y sociales. Vamos a defender el anillo hasta el final”, explicaban fuentes de la entidad deportiva hace pocas semanas a este diario.
Las acciones legales, explican, cesarían de permitirse la práctica deportiva en las condiciones legales exigidas por la Federación de Piragüismo, algo que a día de hoy «no está mínimamente garantizado».
«Al ofrecimiento de máxima colaboración por parte del RGCC, nos hemos encontrado, el silencio, las críticas y una interesada falta a la verdad, pues la redacción del pliego para la elaboración del proyecto de obras, no tiene en cuenta las condiciones que se han de dar para la práctica del piragüismo».
También recuerdan desde la entidad que «el anillo fue inaugurado el 23 de mayo de 2003, con un coste de un millón de euros, y utilizado desde esa fecha intensamente para la práctica del piragüismo en Gijón durante 16 años sin que se produjera en él ningún incidente digno de mención».
Los análisis, en tela de juicio
Como explican, en 2019 el Gobierno local clausuró la instalación, aduciendo que generaba una importante contaminación en el río, causada por cianobacterias «sobre la base de un informe supuestamente técnico que no incluía ninguna prueba analítica. Los análisis posteriores realizados por la Universidad de Oviedo, encargados por el propio Ayuntamiento de Gijón y pagados por todos los ciudadanos de esta ciudad, dieron como resultado que los niveles de cianobacterias en el anillo navegable estaban en varios órdenes de magnitud por debajo de aquellos establecidos por los organismos científicos internacionales como potencialmente peligrosos para la salud«.
Y señalan que «la principal fuente de contaminación del río son los vertidos de aguas residuales urbanas procedentes en gran parte de los puntos de alivio de los colectores de la red de saneamiento de Gijón«.
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