Cinco películas que eligieron Gijón como escenario (parte II)

No son pocos los directores que en los últimos años han elegido Gijón como escenario perfecto para sus películas. De amor, de acción, ‘teenagers‘… estamos seguros de que has visto más de una y más de dos películas de las que te presentamos, pero ¿habías identificado qué zonas de Gijón salen en ellas?

1, 2 y 3… ¡Acción!

• Si yo fuera rico (Álvaro Fernández Armero, 2019)

Protagonizada por Álex García y Alexandra Jiménez, narra la historia de Santi, un joven que, de la noche a la mañana, se vuelve inmensamente rico. Su problema comienza cuando decide que, quizás, sea mejor no contarle nada a sus amigos ni a su pareja. Si estás atento podrás ver el puerto deportivo, el paseo de Begoña, la Universidad Laboral, el Palacio de la Concepción o el Club de Regatas.

• Campamento Flipy (Rafa Parbus, 2010)

Algunos de los cómicos más reconocidos del país (Flipy, Pablo Carbonell, Pedro Reyes, Ernesto Sevilla o Raúl Cimas) se unen en esta desternillante película. Grabada en el Monte Deva, la trama cuenta la transformación de Flipy, un adolescente canijo que, de la noche a la mañana, se convierte en «todo un hombre«.

• Subir al cielo (Lucía Herrera, 2012)

Grabado en su mayor parte en Gijón, este largometraje cuenta la vida de tres mujeres: Murias, Lois y Deva. Ellas luchan contra la soledad de no encontrar «esa persona». El film tiene un trasfondo que pone en valor la ecología, la movilidad sostenible o los hábitos de vida saludables.

• Impávido (Carlos Therón, 2012)

Con escenarios como el Musel, la Universidad Laboral o la Plaza del Ayuntamiento, la película cuenta la vida de Ray. Adicto al juego, su principal ocupación es la de robar coches e incluso acabará en la cárcel ‘por amor‘.

• Enterrados (Luis Trapiello, 2019)

Con nombres como Candela Peña o Paula Prendes, la historia comienza con el derrumbamiento de una mina. El equipo de rescate se demora, y serán los propios mineros los encargados de intentar encontrar la salida. Si estás atento, podrás reconocer el Jardín Botánico en algunas de sus escenas.

Por Paula García Lastra