Decenas de ‘lianas’ luminosas, parte de las novedades del alumbrado navideño de este año, cuelgan ya sobre la céntrica arteria, atrayendo la atención de los transeúntes; su encendido, como el del resto del despliegue, será el 29 de noviembre
Calle Corrida. Diez y media de la mañana del viernes, 15 de noviembre de 2024… O, lo que es lo mismo, de hoy. La arteria, pese a ser una de las más populosas de Gijón, y su eje comercial por antonomasia, no está demasiado concurrida a esa hora. Algunos runners tardíos, unas cuantas personas en edad laboral dirigiéndose a sus puestos de trabajo, un vendedor de la ONCE apostado en una esquina… Y, en las proximidades del cruce con Tomás Zarracina, un hombre de unos cuarenta años, con un niño de no más de diez en brazos… Que, con esfuerzos denodados, intenta dar un manotazo a una de las decenas de ‘lianas’ que penden sobre la vía. Lianas no vegetales, ni mucho menos, sino artificiales, hechas de cables y pequeñas bombillas… Y que, en su sencillez, forman en bloque una de las grandes novedades del alumbrado de Navidad de este año. Porque sí, los técnicos de Germán Vizcaíno ya han completado la instalación de esa prometedora ‘jungla’ navideña en pleno centro de la ciudad. Y, aunque todavía quedan dos semanas para el ‘botonazo’, esas piezas ya están causando sensación entre los transeúntes.
«Venga, hijo, dale… A ver si aparecen Tarzán y ‘Chita’ por aquí», reía el padre antes mencionado, imprimiendo a su gracia una referencia cinematográfica a uno de los clásicos de Hollywood que, por la expresión de su rostro, el pequeño no parecía entender. Más tranquilas que los protagonistas de esa escena de diversión (y cierto gamberrismo) paternofilial, a pocos metros una pareja de mujeres de edad avanzada se detenían para fotografiar las lianas en cuestión. No obstante, todavía queda mucho por descubrir y disfrutar… A fin de cuentas, Corrida es sólo una de las 210 ubicaciones en las que Ayuntamiento prevé colocar decoraciones. En cuanto a otras novedades, incluyen un gran cono en la plaza del padre Máximo González, en homenaje al proyecto ‘Naval Azul’, y un abeto lumínico en el Parchís, similar al que tradicionalmente se levanta en la plaza Mayor.