FOTOS | El Sporting estrena nueva piel con un regusto clásico

Los rojiblancos presentaron su nueva camiseta, la primera patrocinada por Puma, en el Palacio de Revillagigedo

Todo lo que suene a Sporting levanta expectación este verano. La irrupción del Grupo Orlegi le ha dado un impulso mediático a la institución, con una ciudad expectante y con ganas ya de que el balón eche a rodar.

Con ese contexto, la plaza del Marqués reunió a una nutrida representación de seguidores rojiblancos. Una lona enrollada en el Palacio de Revillagigedo avisaba de que la nueva zamarra sería descubierta instantes después. Había curiosidad. Tras la marcha de Nike, Puma toma el relevo como suministrador oficial y todos querían ver con qué camiseta se estrenaban los alemanes.

No hubo grandes sorpresas. Con un diseño continuista y bastante tradicional, sin extravagancias que algunos temían y otros esperaban. Lo cierto es que la camiseta es muy similar a la que el año pasado llevaron Djuka y compañía, con rayas estrechas y con la novedad del cuello en forma de pico. Puma parece haber estudiado la situación y no se ha tirado al monte con un diseño rompedor como hiciera Kappa hace años con el llamado “pijama” y que acabó sustituyendo tras las quejas del respetable. Eso sí, el guiño a la ciudad está presente con la silueta de Don Pelayo en uno de los laterales.

Las medias y pantalones, en azul, son otro guiño a la continuidad de los últimos años. A pesar de que existe una masa social que sigue reclamando el regreso al blanco, la identidad sportinguista se mantiene fiel al azul de la bandera asturiana.

Ya en el salón del palacio, en la presentación, se vieron detalles bonitos que apuntan al nuevo estilo de Orlegi. Cinco personas subieron al pequeño escenario para ser la imagen de este nuevo Sporting: con Guille Rosas como principal protagonista, el lateral rojiblanco estuvo rodeado de Alba Fernández, jugadora del femenino; Miguel Heredia, del Genuine, Martina Alfonso alumna del colegio San Vicente de Paul y con el que quiso tener un guiño David Guerra, y Artem Kratrechko, refugiado ucraniano. Un toque diferente, más humano, y que Alejandro Orlegi ya avisó que incorporarían al club como seña de identidad.