En Gijón, Oviedo y Avilés cientos de venezolanos y simpatizantes de la causa contra Nicolás Maduro se manifestaron para expresar su apoyo a los líderes opositores Edmundo González y María Corina Machado; las noticias del presunto secuestro de esta última sacudieron a todos
La tensión se respira, se mastica, los impregna todo como una masa viscosa, tanto dentro como fuera de sus fronteras, cada vez que se menciona la palabra ‘Venezuela’. En las últimas horas la situación en el país sudamericano, en el que a lo largo de este viernes se oficiará la toma de posesión del próximo presidente de la República Bolivariana, ha escalado en tirantez hasta límites no recordados desde los días de la Revolución Bolivariana de 1998. La misma que marcó el inicio del régimen del que hoy continúa siendo líder Nicolás Maduro, sucesor de Hugo Chávez, y al que ha declarado la guerra abierta y sin cuartel una oposición representada por el movimiento Vente Venezuela, encabezado por Edmundo González y María Corina Machado. El presunto secuestro que esta última sufrió en Caracas este jueves, aparentemente a manos de unos encapuchados al servicio de Maduro, que la retuvieron por espacio de varias horas, ha encendido aún más los ánimos, ya de por sí inflamados, de una población dividida y, por el flanco gubernamental, armada, dispuesta a defender la legitimidad de su candidato hasta las últimas consecuencias. Y esa dinámica también se percibió ayer en Asturias; concretamente, en Gijón, Oviedo y Avilés, las localidades elegidas por la comunidad venezolana con presencia en el Principado para concentrarse y expresar su apoyo incondicional a González, al que perciben como el único legitimado para empuñar el timón del país. Así, cientos de personas se dieron cita en esas tres ciudades, arropadas por dirigentes políticos locales, simpatizantes españoles y representantes de otros colectivos de emigrados, con la voz puesta en su reivindicación, y los ojos y oídos atentos a las preocupantes noticias que llegaban de la patria.
Son muchos los interrogantes sobre lo que sucederá hoy que sobrevuelan los ánimos: sin Maduro presentará las actas de los comicios celebrados el pasado 28 de julio, si Edmundo González cumplirá su promesa de retornar a Venezuela y tratar de asumir la presidencia, si lo ocurrido ayer a Machado fue una maniobra del régimen o un ataque de ‘falsa bandera’ con fines propagandísticos, si el día degenerará en un baño de sangre… Dudas todas que, sin embargo, no eclipsaron el ánimo de los manifestantes. En Gijón, escenario de la más multitudinaria de las protestas, fueron casi trescientas las personas que acudieron a la llamada hecha por la delegación asturiana de Vente Venezuela, que coordina Indirath Coronado. Al pie de la estatua de Pelayo, en la plaza del Marqués, los presentes enarbolaron decenas de enseñas nacionales, que ondearon junto con las banderas de Brasil, Cuba y México, entre otras naciones, y que sirvieron para arropar las intervenciones tanto de los líderes asistentes, como de los ciudadanos de a pie que accedieron a expresas sus opiniones. Entre los primeros figuraron la portavoz municipal de Vox, Sara Álvarez Rouco; la vicealcaldesa de la ciudad, la popular, Ángela Pumariega, y los concejales del PP Abel Junquera y Guzmán Pendás. Este último, a la sazón presidente de la Comisión de Inmigración y secretario del Voto Exterior del PP de Asturias, fue uno de los que, junto con Rouco, empuñó el micrófono para alinearse con las reivindicaciones de los concentrado, que exigieron la publicación de las actas que, están convencidos, confirmarán a Edmundo González como legítimo presidente de Venezuela.
Ese sentir fue sintetizado por Coronado en sus varias aportaciones, micrófono en mano. Satisfecha al contemplar el resultado de la llamada a la movilización conseguido en el Principado, la líder del colectivo aprovechó para hacer campaña en contra del olvido, recordando algunas de las múltiples maniobras orquestadas por el régimen para tratar de condicionar el resultado electoral en julio. Entre ellas, el particularmente sangrante boicot al voto externo, que la propia Coronado sufrió. «Fuimos muchos los que no pudimos ejercer ese derecho y, aun así, estuvimos presentes en cada uno de los espacios que María Corina nos puso delante», narró. Lo hizo sin soltar ni por un segundo la enseña tricolor de Venezuela; no en vano, reflexionó, «estos tres colores forman parte de un legado. Esta bandera tiene ya catorce años, ha recorrido momentos difíciles, momentos en que creíamos que íbamos a salir de esto… De tener que guardarla y sacarla de nuevo…». No obstante, por encima de todo, «esta bandera tiene una historia aquí, en Asturias, y no podemos menospreciar nada, ni a nadie, porque todos somos Venezuela, y esto es hasta el final». Un final, concluyó Coronado, que sólo tiene un resultado lógico y posible: el cambio que abra las puertas «para que, de una vez, reconstruyamos nuestro país y le devolvamos esa democracia que vamos a conquistar».
Aunque no tan multitudinaria como la celebrada en Gijón, también la concentración en Oviedo sacó a una masa crítica importante a la plaza del Carbayón. De nuevo, la enseña tricolor azul, amarilla y roja fue la combinación de color dominante, al igual que las consignas en pos del fin del sistema actualmente imperante en el país sudamericano. En ese sentido, Luis Chacón, vicepresidente de la Asociación Venezolano Asturiana de Oviedo (AVAO) y coordinador, como Coronado, de Vente Venezuela en la región, recordó que lo sucedido en los comicios de julio fue, a todas luces, una «total ilegalidad», y reiteró que «Edmundo González fue el ganador de las elecciones». En ese sentido, Chacón reivindicó como urgente que se «remuevan conciencias» entre la comunidad internacional, y que se «rompan relaciones con Maduro y reconozcan a Edmundo González como presidente; con esa presión no les va a quedar más remedio que negociar una transición pacífica». Sus palabras fueron escuchadas y aplaudidas por el presidente del PP asturiano, Álvaro Queipo, y por el diputado de Vox Javier Jové, ambos presentes entre el público.
Finalmente, la protesta realizada en Avilés, aun siendo la menos nutrida de todas, se reveló igualmente discreta. Allí, decenas de venezolanos y simpatizantes eligieron la plaza de España, ante el Ayuntamiento de la urbe, para hacer oír su clamor, repitiendo la llamada común a una mayor presión internacional, y la confirmación de que, por encima de todo, no hay miedo, pese a la demostración de los extremos a los que el régimen de Nicolás Maduro está dispuesto a llegar con tal de perpetuarse en el poder. Y, nuevamente, el PP y Vox enviaron a sus representantes allí; los populares, en la forma de la presidenta del Grupo Municipal, Estefanía Rodríguez, y los segundos, en la de Arancha Martínez Riola, homóloga de la anterior.