La organización hace un «balance positivo» de su decimocuarta edición celebrada en L’Atalaya «a pesar de las dificultades para sacarla adelante» y reitera su malestar al Ayuntamiento por el trato recibido

Cuatro días de la más auténtica fiesta sidrera, 34 horas de música del país ininterrumpida, cuatro mayadas haciendo sidra con los más pequeños, ocho catas guiadas de sidras asturianas e internacionales, tres talleres de echar sidra (infantiles y para mayores), exhibiciones de escanciado con grandes profesionales, un concurso de sidra casera, otro de escanciadores amateurs, asturianada, pandererteras, medio centenar de palos de sidra, deportes, juegos tradicionales, mucho baile con los brazos en alto… El balance que ahora hacen desde la organización de la Primer Sidre l’Añu con otra edición de éxito a las espaldas compensa las inquietudes vividas en las semanas previas a su celebración.
La Fundación Asturias XXI habla de «saldo positivo» para explicar lo vivido desde el pasado jueves en L’Atalaya del barrio alto. La carpa de Cimadevilla que sustituyó al Muséu del Pueblu d’Asturies en esta decimocuarta edición acogió a más de 6.000 asistentes a esta fiesta en celebración de la sidra, quienes destacaron «que el ambiente conseguido era igualmente excelente», a pesar de que su ubicación originaria fuese «más adecuada».
Los promotores del evento se muestran satisfechos por haber sabido trasladar hasta la carpa del cerro Santa Catalina «todo lo que caracteriza desde hace catorce años este evento: respeto por la cultura asturiana, ganas de fiesta y conocimiento sidrero». Sin embargo, insisten en manifestar de nuevo su malestar respecto a «las dificultades con las que la organización ha tenido que enfrentarse para sacarla adelante». Por ese motivo, reclaman una vez más las «explicaciones pertinentes desde el Ayuntamiento».
La celebración sidrera se salda sin ningún tipo de incidente, altercado o destrozo y por ello, desde la Fundación ponen fin a la ‘fiesta’ con una intención renovada de «continuar contribuyendo con nuestra actividad a mantener viva y esparcir cultura asturiana de la sidra, a punto de ser declarada Patrimonio Universal de la Humanidad». «Esperamos encontrar en lo sucesivo más apoyo institucional para ello», concluyen.