La delegada del Gobierno en Asturias celebra la vuelta a la normalidad en el servicio ferroviario, aunque desde Comisiones Obreras consideran «lamentable» lo ocurrido, y lo ven como un ejemplo de las consecuencias que entraña «licitar a la baja y comprar barato»
No será fácil olvidar las tensas horas que este miércoles, primer día del nuevo año, se vivieron en decenas de estaciones ferroviarias de toda España. Una avería en el software que permite la recarga de las baterías de los trenes AVE y AVRIL, dos de los buques insignia de la flota de Larga Distancia de RENFE, obligó a suspender las circulaciones de ambos tipos de convoyes a lo largo y ancho del territorio nacional, dejando en tierra a más de 14.000 pasajeros. Una incidencia de enormes dimensiones, resuelta en la madrugada de hoy jueves, pero que, pese al retorno de la normalidad a las vías españolas, está motivando múltiples reacciones desde diversos ámbitos. Y, en Asturias, una de las primeras en pronunciarse ha sido la delegada del Gobierno en la región, Adriana Lastra. Lo ha hecho para pedir disculpas a los «muchísimos afectados», sí, pero también para celebrar la restauración de los dos servicios.
«Era una especie de ‘Efecto 2000’; voy a decir 2025, en este caso, y que nadie se lo podía esperar», ha comentado Lastra, en respuesta a las preguntas formuladas por los medios de comunicación, parafraseando una comparación, la hecha con aquel supuesto problema informático de principios de siglo, que ya ayer era esgrimida por algunos de los profesionales de RENFE en la estación de Oviedo. En todo caso, la delegada del Gobierno ha incidido en que los mecanismos para su subsanación se activaron con prontitud. «La verdad es que se solucionó lo más rápido que se pudo», ha admitido, antes de reiterar sus disculpas y la certeza de que, a estas horas, «afortunadamente ya está solucionado».
De todos modos, las declaraciones de Lastra no han impedido a Comisiones Obreras (CCOO) cargar contra lo sucedido, tachándolo de incidente «lamentable». Para el responsable de su sector ferroviario en Asturias, Ignacio Guzmán, el problema hunde sus raíces en «una decisión política que viene de 2016, cuando el Gobierno del PP adjudicó a Talgo la fabricación y mantenimiento de los trenes AVRIL S106, con un 43% de rebaja sobre el precio de licitación». Desde que entrasen en servicio, el pasado 21 de mayo, las unidades de dicha serie acumulan un largo historial de incidencias, 479 sólo en los últimos dos meses y medio. «Es lo que tiene licitar a la baja y comprar barato», sentencia Guzmán, que detalla que «Talgo subcontrata, por un lado, la parte de tracción; por otro, la eléctrica; la seguridad y el mantenimiento es otra subcontrata, y así es muy difícil lograr una coordinación óptima de todo el sistema».
Así las cosas, en CCOO alertan de los efectos de seguir esa senda y, sobre todo, de las posible consecuencias de tratar de suplir las carencias recurriendo a opciones privadas. «La privatización del sistema ferroviario ya demostró su fracaso en Gran Bretaña, donde están volviendo a hacerlo público, para recuperar la calidad y eficiencia, así que deberíamos tomar nota», recalca Guzmán. Y concluye comentando que «el problema de ayer es que en Asturias viene a sumarse a una catarata de incidencias en nuestros ferrocarriles, que nos sitúa a la cabeza del campeonato mundial de retrasos y cancelaciones».